Con su primer insulto colocó en mi interior una larva, que creció y se convirtió en un gusano que se hizo fuerte alimentándose de mis pensamientos, mis alegrías y mi autoestima. Y se quedaron solo mis complejos...
Llegué a ver lo que él veía
Llegué a creer lo que él creía.
Con el tiempo, poco a poco, maté al gusano. Poco a poco mis alegrías vuelven, muy poquito a poco se reconstruye mi autoestima...espero no tener que hacer frente a ningún gusano más.
Travesura realizada, CaroPuppi
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