En los días más melancólicos y ñoños, me da por echar de menos a gente, lugares y situaciones que terminé dejando porque no me hacían ningún bien. Parezco olvidar los ratos complicados que me provocaron dolor, sufrimiento e incluso inseguridad y me quedo solo con las alegrías y los buenos momentos.
Hay días en los que daría cualquier cosa por volver a aquella ciudad, aquella conversación o estar con esa compañía por última vez, como cierre definitivo. A pesar de saber que no conseguiría nada, que solo reabriría viejas heridas que ya están curadas o cicatrizando porque, al contrario de lo que quiero pensar, sé que volvería a ocurrir lo mismo, volvería a pasarlo mal.
Puede parecer irracional extrañar algo que te hizo sufrir, pero los sentimientos son eso, irracionales. Además estas personas, lugares y situaciones forman parte de mí, tienen un lugar especial en mi vida porque me han hecho llegar a dónde estoy y ser cómo soy. Es cierto que me hicieron sufrir, pero también me hicieron crecer y madurar.
Ya que para mi es inevitable tener estos sentimientos los dejo fluir los domingos, los días grises de peli-mantita-tarrinadehelado, pero jamás dejo que se interpongan en mi vida o en las decisiones que tomo. Porque recordar está bien, pero retroceder no.
Travesura realizada, CaroPuppi
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este espacio es para tí, es el turno de dar tu opinión y decirme lo que piensas. Además, ¡siempre contesto!