miércoles, 27 de mayo de 2015

EUROPA DANDO EL CANTE

Sí, él sábado llegaba ese momento del año en el que nos sentamos frente a la televisión para disfrutar de Eurovisión. Para mí es una tradición verlo y comentarlo en familia, incluso cuando estaba lejos, que usábamos whatsapp para dar nuestra opinión sobre las propuestas de los diferentes países.


Este año la representante de España en el festival fue Edurne. Creo que se equivocaron con la propuesta, empezando por la cantante, que vocalmente deja mucho que desear (y más si la comparas con Ruth Lorenzo, la candidata del año anterior) y terminando por la canción ("Amanecer") que me parece bastante floja y muy fácil de olvidar, todo lo contrario que buscas si quieres que te recuerden a la hora de votar.

A pesar de que no es santo de mi devoción, he de admitir que Edurne hizo una actuación bastante buena, exceptuando el final en el que le falló la voz. Hay algunos momentos que destaco de su actuación: El inicio vestida con el traje rojo con capucha que la hacía parecer Caperucita, la lágrima de emoción durante la actuación, los movimientos de brazos sin mucho sentido con los que parecía estar imitando a Magneto en cualquier película de X-men y mi favorito, sin duda, el momento de baile con el bailarín Giuseppe di Bella.




Edurne tiene muchas ganas de ser un X- Men

De todas formas, Eurovisión no solo implica ver la actuación de España sino la del resto de países participantes. Este año ha habido un poco de todo...muchos vestidos largos, muchos grupos/parejas, muchos temas lentos que han pasado desapercibidos y desgraciadamente demasiada desafinación. Finalmente el país ganador este año fue Suecia (España quedó en puesto 21), pero estas son las actuaciones que yo destaco por distintos motivos:


· LA MEJOR CANCIÓN: Tonight Again de Australia. Por ser una canción muy movida, con mucho ritmo y divertida. 

· LA ACTUACIÓN MÁS DIFERENTE: Durante la actuación pudimos ver al cantante caminando hacia delante y hacia atrás como un robot, acostado en el suelo y hasta haciéndose cuatro piruetas. Música al estilo Royals de Lorde con un cantante que parece Simon de Misfits. Una apuesta muy diferente, pero con la que acertaron.




· LA MEJOR PUESTA EN ESCENA: Heroes de Suecia. Por aprovechar la posibilidad de las pantallas y hacer que formara una parte muy importante de la actuación y el espectáculo. Además, el cantante era guapísimo e hizo que se me derritiera el corazón con los primeros planos. Fue amor a primera vista y al final consiguió llevarse el premio.



Y hasta aquí lo mejor de la noche, estos son mis tres favoritos, pero no todo podía ser bueno:

· LO PEOR DE LA NOCHE: In the Name of Love de Polonia. Por intentar ganar puntos tocando la fibra sensible al hablar de la discapacidad de la cantante en el vídeo promocional y durante su actuación sacando imágenes de ella caminando. Un golpe muy bajo e innecesario. 




Y esto es todo por esta edición, ahora solo queda esperar un año para volver a vivir una noche llena de música y espectáculo. Y a ti, ¿te gusta el festival? ¿Estás de acuerdo con el ganador? ¿Cuál fue tu favorito? ¿Y el que más te horrorizó? Déjalo en los comentarios.

Travesura realizada, CaroPuppi

miércoles, 20 de mayo de 2015

5 COSAS QUE APRENDER ANTES DE MORIR

Hay ciertos temas que me interesan (la fotografía, la música, la costura, etc) pero para los que nunca encuentro el momento. De verdad que quiero aprender, pero es que la pereza me vence y los he ido dejando aparcados. Pero hoy ha llegado el momento de ponerse las pilas o el momento de ponerlos en una lista para no olvidarlos.



#1. TEJER. Esta ha sido la única tarea que he intentado y en la que he fracasado estrepitosamente no una, ni dos, sino tres veces. Me falta paciencia y habilidad en las manos, pero no me rindo...Algún día conseguiré hacerme mis propias bufandas, gorritos, calentadores y mucho más.

#2. SKATE. Hace unos meses aprendí a montar en bicicleta (¡Sí, a los 21 años!) y hasta que no aprenda a usar un skate no me estaré tranquila. Me gusta ver a la gente patinando con sus longboards o sus shortboards y me parece la mejor manera de recorrer distancias cortas sin tener que cargar con un bicho tan grande y pesado como una bici.

#3. TOCAR UN INSTRUMENTO. Lo mío siempre ha sido bailar al ritmo de la música, no crearla. De pequeña aprendí a regañadientes tocar el timple (instrumento canario parecido al ukelele), pero eso no cuenta. Yo quiero aprender a tocar un "instrumento de verdad" como el piano o la guitarra.



4. COSER A MÁQUINA. El hilo y la aguja no son mi fuerte. Tardo mucho cosiendo y además no es que se me dé muy bien. Con la máquina de coser tardaría la mitad y quedaría mejor. Además sabiendo usarla podría costumizar mi ropa, arreglar cualquier roto o el bajo de los pantalones y hacer mis propias creaciones o DIY.

#5. FOTOGRAFÍA Y RETOQUE FOTOGRÁFICO. Tener una cámara no implica saber usarla y eso es lo que me pasa a mí. El día que me ponga en serio con la fotografía pasaré de la compacta a la réflex y del automático a los ajustes manuales. Y lo mismo con el photoshop, un tema pendiente desde hace años. Pasaré de los filtros de aplicaciones a arreglarme en fotos hasta dejarme como para portada de revista.



Y estas son las cosas que me gustaría aprender antes de morir. ¿Y tú? ¿Tienes también una lista de pendientes? Anímate y déjamela en los comentarios, a ver si así encontramos el momento para empezar a ponernos con ellas.

Travesura realizada, CaroPuppi

miércoles, 13 de mayo de 2015

SECRETOS DEL BALLET: LAS PUNTAS

Como muchos sabrán el ballet es mi pasión. Se podría decir que llevo toda la vida bailando, dentro o fuera del estudio. Tantas horas de clase y ensayo implican que de vez en cuando (más a menudo de lo que me gustaría) hay que desembolsar una pequeña fortuna para comprar unas zapatillas de punta nuevas, y como si eso fuera poco, después del disgusto de ver mi cuenta corriente en números rojos, toca prepararlas para darles caña, es decir, pasar un par de horitas cosiendo para dejarlas a punto.

Más de alguno se estará preguntando (después de leer el principio del post) qué son las zapatillas de punta. Pues bien, como su nombre implica, son unas zapatillas usadas principalmente por las bailarinas, aunque también hay hombres que se atreven con ellas, que se usan para bailar sobre la punta de los dedos. La culpable de los dolores, heridas y ampollas que ocasionan las puntas (porque sí, para los que se lo pregunten, duele) es Maria Taglioni, que fue pionera en usarlas.

Tranquilos, estos no son mis pies. Aunque han pasado por épocas parecidas
Como pasa con los zapatos normales, hay muchísimas marcas alrededor del mundo que fabrican puntas (Sansha, Gryshko, Gaynor Minden, Cappezio, Freed, etc), cada pie es distinto, por tanto hay mucha variedad de modelos entre los que escoger. La bailarina debe probar y elegir la que más cómoda le resulte, más le dure (porque estas zapatillas se rompen por el uso y pueden causar lesiones si no se reemplazan) y mejor le queden estéticamente... como si fuera fácil con toda la variedad que hay. 

Así que yo, tras muchos años de pruebas, de zapatillas que solo me duraban un par de semanas o incluso solo una clase, he dado con mi modelo (Wiiiiiii!) es con el que más cómoda me encuentro y que más tiempo me dura. Se tratan de unas puntas de la marca Bloch, modelo Serenade Strong. Y aunque la talla y ancho han variado mucho según el tiempo y la hinchazón de mis pies suele ser la 4C. 

Mis puntas nuevas, recién sacadas de su bolsa
Como ya les adelantaba antes, ahí no queda todo, las zapatillas necesitan una preparación antes de empezar a usarlas, para mí eso implica un par de horas, porque para qué negarlo, soy bastante torpe con el hilo y la aguja. Lo mínimo que debemos hacer es colocar un elástico y unas cintas para que la zapatilla este bien sujeta al tobillo. Después cada bailarina puede hacer también cualquier arreglo o adaptación para sus necesidades.

Los materiales que uso para poner a punto mis puntas
 Yo suelo empezar colocando las cintas y después coloco los elásticos para que me sujeten el pie sin estrangulármelo. Las medidas de las cintas y los elásticos las tomo sobre el pie para que tengan el tamaño correcto y en el caso de las cintas le quemo el borde para evitar que se deshilachen. Además, yo suelo aumentar la base de las zapatillas, donde coloco todo el peso, cortando el satén y haciendo un cosido alrededor. Intento coserlo todo con hilo de color rosa o salmón que sea lo más discreto posible.

Y este es el resultado final, así quedan mis puntas nuevas tras haber pasado por mis manos. Ahora solo falta el último paso, ponérmelas y que poco a poco se amolden a mi pie y sean como una segunda piel.


Espero que les haya gustado este post y que lo hayan encontrado interesante a pesar de haber  sido bastante diferente a lo que suelo escribir. Si tienen alguna duda, pueden dejarla en los comentarios. Nos leemos pronto


Travesura realizada, CaroPuppi

miércoles, 6 de mayo de 2015

MADRID Y GRAN CANARIA: DOS LUGARES A LOS QUE VOLVER


Como ya sabrán, viví en Madrid durante dos años. En este tiempo, pude disfrutar de las cosas buenas que tiene esta ciudad, pero también echaba mucho de menos mi isla, Gran Canaria. Y ahora que he regresado a mi casa y a mis costumbres echo de menos la capital (¡Quién lo hubiera dicho! con todo lo que me quejaba). Sí, ya sé lo que estás pensando, que no parezco estar contenta nunca, pero es que ambos lugares tienen cosas que me gustan y no puedo evitar echar en falta cuando estoy lejos:


#1 El buen clima. Parece algo obvio, pero los canarios estamos tan acostumbrados a nuestros cielos despejados, nuestro clima casi-tropical que ya no lo apreciamos. Me empecé a dar cuenta de lo importante que era para mí cuando tras días y días de cielo encapotado y lluvias, mi humor era de perros. Soy igualita que una planta, o hago un poco la fotosíntesis o me marchito.

#2 El mar. ¿Y cómo no?, otra obviedad. Pero parecía ahogarme (irónicamente) cada vez que abría una ventana y al fondo solo veía una extensión de tierra y no el mar al que estoy acostumbrada. Y eso que a mí no me gusta la playa, pero el olor a mar o el sonido de las olas son necesarios para la supervivencia de un canario.

#3 Mi familia y amigos. Empecé en una ciudad nueva, en una casa nueva, clases en una escuela de ballet nueva y con compañeros nuevos. A veces echaba en falta una mano amiga a la que agarrarme y seguir adelante cuando las cosas se ponían un poco cuesta arriba.

#4 Mi rutina. Cuando vives durante 18 años en la misma casa y la misma ciudad, estás acostumbrado a ir a los mismos sitios (tienes tu super favorito, tu centro comercial favorito, tu médico...), sabes dónde está todo y cómo llegar... A veces, cuando tuve que ir al médico, al fisioterapeuta o cualquier lugar desconocido, deseé estar en mi ciudad, sin perderme, conociendo el camino y sin dar mil rodeos para llegar al lugar indicado.

#5 La tranquilidad y amabilidad de los canarios. En Madrid la escaleras mecánicas tienen dos carriles, uno para dejarte llevar y otro para correr, en Canarias esa "norma" no existe. La gente tiene menos prisas y más buen humor. A veces, echas de menos unas palabras simpáticas y una sonrisa en una ciudad tan grande y solitaria como la capital.


#1 Ocio. Si algo bueno tiene esa ciudad es que la variedad cultural es enorme. Puedes hacer millones de planes y es mucho más difícil aburrirse. Mientras viví allí fui muchas veces al cine, vi obras de teatro, musicales y ballet. Y algo que me volvía loca...¡Te puedes ir de compras un domingo!

#2 Independencia. Mamá, si estás leyendo esto, no te ofendas. Me gusta estar en casa y que cuides de mi, pero a veces echo en falta la independencia de vivir sola. La capital fue mi primer contacto con la vida adulta, hacer mi propia compra, mis comidas, mis tareas...todo un reto, pero me gustaba.

#3 Amigos. Ya he explicado que llegué sin conocer a nadie en la ciudad, pero cuando me fui dos años después me llevé a muchos amigos conmigo. Personas que me hicieron mi estancia mucho más tranquila y feliz. Sin ellos no habría sido lo mismo y son el principal motivo por el que quiero volver.

#4 Transporte. Lo pienso y me emociono. Esas esperas de 3 min en el metro, que se me hacían eternas por las mañanas (¡qué rápido se acostumbra una a lo bueno!), los trenes que te llevaban de Narnia a Mordor, pasando por Hogwarts y las guaguas que conectaban toda la ciudad. Y además a precio asequible, ojalá Gran Canaria te copiara un poquito.

Hace tiempo que asumí que tengo mi corazoncito dividido en dos y la única solución es viajar a menudo y disfrutar en cada momento de lo que tengo.


Travesura realizada, CaroPuppi
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