miércoles, 20 de enero de 2016

POR QUÉ NO QUIERO A MI FAMILIA

Quizás el título es algo exagerado, pero tiene algo de cierto y es que yo no quiero a mi familia por el hecho de que compartimos sangre. Lo hago porque mantengo una relación estrecha con ellos y como dice el dicho "el roce hace el cariño", por eso, aunque no suene políticamente correcto, digo que no quiero a todos mis familiares por igual.

He tenido muchas veces esta conversación en relación a los padres. Muchos creen que es una aberración contranatura decir que uno no quiere a su madre o padre, pero yo creo que es comprensible. Hay que tener en cuenta que no todo el mundo tiene hijos como una decisión meditada, sino que es algo que sucede y con lo que tienen que apechugar. O que simplemente no todas las personas están preparadas para ser padres.

Por eso, en este caso me gusta diferenciar entre el término padre y papá o madre y mamá. Desde mi punto de vista un padre (o madre) es aquel (o aquella) que hace lo necesario para tener un hijo y un papá (o mamá) es aquel (o aquella) que se encarga de cuidarlo, educarlo, etc.

Lily y James eran los padres y papás de Harry Potter porque los Dursley... 
Pongo un ejemplo para que se entienda claramente, un niño adoptado tiene un padre y una madre biológicos (que lo abandonaron, que fallecieron antes de poder hacerse cargo, etc) y un papá y mamá adoptivos que son los que se encargarán de que tenga una buena vida. Según mi entender, lo lógico es que este niño quiera a sus padres adoptivos que son los que cuidan de él, pero que no tenga ningún lazo afectivo con sus padres biológicos.

Por eso siempre me ha resultado ilógico que en algunos programas de la tele el niño adoptado (siendo adulto) vaya en busca de su familia biológica y que cuando los conoce diga que les quiere. Creo que esa necesidad de conocer sus orígenes, de curiosidad se confunde a menudo con amor.

¡Y ojo! No estoy diciendo que todos los padres adoptivos sean mejor que los biológicos, desgraciadamente en España tenemos el caso Asunta muy cerca para recordárnoslo. Y por otro lado, tampoco digo que los padres biológicos no puedan ser buenos padres, al contrario. En muchas ocasiones el padre es también papá y la madre también mamá.

Y si esto es algo que pasa con los padres, que son las personas que tenemos más cerca de nosotros, se pueden imaginar lo que pasa con el resto de parientes. Me parece ilógico estar socialmente obligados a querer a un tío lejano que sólo hemos visto una vez en la vida. Y por otro lado, como bien saben, hay otras personas con las que no compartimos sangre que son un pilar importante en tu vida, los amigos (que están un poco infravalorados). Los amigos son para mi esa familia que escoges y que nunca te abandona.



Como conclusión, los lazos de sangre no son sinónimo de cariño. Lo que sí hace el cariño es el roce, el día a día. Llevaba mucho tiempo queriendo hablar de este tema en el blog pero me daba miedo que se me malinterpretara. He intentado hacerlo lo mejor posible para que me entiendan. Por supuesto, espero su punto de vista en los comentarios. 

Travesura realizada, CaroPuppi


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo, por otra parte mi punto de vista ya lo conoces, me ha gustado el post :)

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